By Glenn Sacks and Dianna Thompson
Tres décadas y media después de surgir el
movimiento feminista, los políticos estadounidenses
han comenzado a hacer un
círculo cerrado.
El movimiento feminista ha sido siempre ayudado por hombres simpatizantes y las mujeres americanas no habrían llegado nunca tan lejos sin su ayuda. Cuado las mujeres se enfrentaban a muchos problemas, estos problemas recibieron una agradable y con frecuencia extensa audiencia pública.
Hoy los asuntos de los hombres —principalmente
de los padres— están donde yacen las
mayores injusticias nacionales de género. Y como
muchos hombres ayudaron al movimiento
de las mujeres, muchas mujeres están marchando
para ayudar a los padres, formando grupos
como "Madres y Padres" y la "Cruzada de las
Segundas Esposas". Hoy las mujeres constituyen
la mitad de los miembros de los movimientos
de Padres.
Los motivos de queja de los padres incluyen:
Bloqueo de las visitas y falta de cumplimiento
de las sentencias sobre visitas; “mudanzas
de las madres” que permiten o incluso usan
las distancias geográficas para echar a los padres
fuera de las vidas de sus hijos; aceptación
por parte de los juzgados de las falsas e incluso
no corroboradas acusaciones de violencia doméstica
o de abuso infantil como base para la
denegación de la custodia o incluso el contacto
entre los padres y los hijos; las xcesivamente
rígidas e incluso punitivas pensiones infantiles;
un “sistema de ganador/perdedor” que enfrenta
a los ex esposos uno contra el otro, designando
un progenitor custodio y un progenitor no-custodio;
y una preferencia judicial por las madres
frente a los padres como progenitores custodios.
Según Virginia Forton, directora ejecutiva
de Madres y Padres, “nuestro sistema atormenta
a los progenitores no custodios y a sus hijos,
permitiendo a los progenitores custodios sacarlos
de las vidas de los hijos. Los hijos necesitan
a ambos padres. En encuentros, yo he visto a
muchos hombres, con lágrimas recorriéndoles
la cara, hablando sobre los hijos que a ellos no
se les permitirá volver a ver. ¿Cómo podemos
nosotros, como mujeres y como madres, no tratar
de ayudarles a ellos?”.
Tal como los hombres feministas fueron criticados
por los tradicionalistas, como embaucadores
y oportunistas, muchas mujeres de los
movimientos de padres han sido condenadas
por las estructuras feministas. Kim Gandy, presidente
de la Organización Nacional de Mujeres,
decía que las mujeres de los movimientos
de padres están usadas por los hombres, “un
hombre acusado de violación contratará a una
mujer abogada para representarle”.
En "El Precio de la Maternidad", de la escritora feminista Ann Crittenden retrata a estas mujeres como mascotas y cortas de miras sobre las manipulaciones de los hombres. Susan Faludi, autora de" Backlash", les compara con el Tío Tom.
En realidad, muchas mujeres Pro-Padres, tales como la Senadora Canadiense Anne Cools, primera Pro-Padres pública oficial de Norteamérica, proviene del movimiento feminista. Cools fue una de las lideres mas eficaces de los movimientos de los refugios para mujeres maltratadas de los años 1970.
Otras como Forton y Melanie Mays, miembros
de los grupos de abogados y autores de, El
Mejor Interés de los Chicos, tuvieron poco interés
en los derechos del padre o de género político
hasta que tomaron contacto con nuestro sistema
judicial de Familia, sesgado contra los padres
y sus desbastadores efectos en la gente que
ellos amaban. En el caso de May, siendo testigo
de cómo un hombre familiar cercano y sus
hijos eran atormentados por el sistema judicial,
le espoleó a ella a la acción. Otras activistas son
abuelas a quienes se les ha cercenado de la vida
de sus nietos, cuando sus hijos fueron eparados
de la vida de sus hijos.
En el centro del movimiento están las Segundas
Esposas. Ya que la mitad de todos los
primeros matrimonios terminan en divorcios, y
el 75% de los divorcados se vuelven a casar,
hay muchas segundas esposas y segundos maridos
que sufren con los efectos de los divorcios
de sus esposos/as.
Muchas segundas esposas que se han casado con hombres divorciados tienen poco presentimiento de la vorágine en la que se están metiendo: Disputas de custodia, denegación de acceso y de visitas, repentinos incrementos de las pensiones infantiles, y la carga de costas legales gastadas en batallas injustas. Algunas segundos matrimonios terminan en divorcio a causa de estas presiones.
Crecientemente, sin embargo, estas
mujeres y otras, están volviéndose al activismo.
Según May: “Los movimientos por los Derechos
de los Padres es un movimiento de derechos
civiles de nuestra era. Algunos denigran las situaciones
de los padres, diciendo “¡oh!, son hombres,
son privilegiados, ¿cuánto han sufrido ellos
comparados con otros grupos?”. La respuesta es
esta: Cualquier horror que soportaron los negros,
las mujeres o otros grupos en los últimos 50
años, nadie les quitó a sus hijos. ¿Qué discriminación
y que injusticia es peor que ésta?
Este articulo apareció en el “Start-Tribune
de Minneapolis” el 21 de Junio de 2002
Tomado y traducido de la pagina del autor
por Antonio Luengo Dos Santos.